En el ámbito de los accidentados de tráfico, la valoración clínica es fundamental para la toma de decisiones, pero en muchas ocasiones resulta compleja. Limitaciones como la ausencia de lesión anatómica, la subjetividad propia del dolor, las sospechas de comportamiento de exageración o simulación de síntomas e incluso el tiempo transcurrido desde la lesión hasta la evaluación del lesionado llegan a influir en la Valoración del Daño Corporal y son difícilmente evitables.
El servicio de valoración biomecánica hace uso de un conjunto de pruebas específicamente orientadas a la valoración biomecánica del sistema musculo-esquelético; son pruebas no invasivas basadas en el uso de fotogrametría tridimensional y plataformas dinamométricas, entre otras técnicas instrumentales. Cuentan con protocolos de medida claros, precisos y robustos, que permiten obtener resultados objetivos, fiables y sin posibilidad de manipulación.
Las técnicas desarrolladas por el IBV han demostrado su utilidad como prueba complementaria para la valoración del daño corporal, siendo utilizadas en procesos judiciales o por parte de los equipos de valoración de incapacidades del INSS, etc. Además, se estima que hasta la fecha se han podido realizar más de 10.000 valoraciones del raquis cervical siguiendo la metodología del IBV.
Principales utilidades:
- Determinar la severidad de la alteración funcional del lesionado en la primera asistencia diagnóstica.
- Orientar la prescripción del tratamiento rehabilitador.
- Realizar un control evolutivo del lesionado.
- Valorar la repercusión funcional de las secuelas tras una estabilización lesional.