Las técnicas de valoración funcional biomecánica han demostrado su utilidad como pruebas médicas complementarias en la valoración de pacientes en diversos ámbitos: servicios de rehabilitación, traumatología, neurología y otorrinolaringología hospitalarios, mutuas de accidentes laborales, centros privados de valoración, servicios médicos de compañías de seguros, médicos forenses, centros de calificación y valoración de minusvalías y ortopedias, entre otros.
Sus principales utilidades son:
Conocer la capacidad funcional del paciente con alteraciones del sistema músculo esquelético. Valoración funcional del daño corporal. Planificación de tratamientos rehabilitadores, quirúrgicos o farmacológicos. Control y monitorización de la evolución o progresión del paciente/lesionado Apoyo en peritajes médico-legales. Asistencia en la toma de decisiones sobre la continuidad, modificación o finalización de un determinado tratamiento. Determinar y medir una discapacidad residual tras el proceso de rehabilitación. Aportar documentación objetiva sobre la lesión. Valoración de las posibilidades de rehabilitación. Control de altas en procesos de incapacidad temporal y propuestas de incapacidad permanente.