El Instituto de Biomecánica (IBV), desde sus orígenes, compatibilizó el desarrollo tecnológico con la realización de actividades de investigación, siendo usual que un producto, desarrollado como herramienta propia para atender una necesidad instrumental en investigación, fuese, además, aprovechable para el asesoramiento técnico y, posteriormente, se convirtiese en un producto industrializable.
Las actividades desplegadas por el IBV en el ámbito de la valoración biomecánica han seguido en la mayoría de casos una evolución muy parecida. A partir de las necesidades surgidas en actividades de I+D, se han desarrollado herramientas para la medición de variables biomecánicas, que han permitido el análisis en laboratorio de una variedad de problemas asociados al estudio de los movimientos humanos.
Una vez superada esta etapa, se ha procedido a la puesta en marcha e diferentes líneas de investigación que dotarán de criterios a la utilización de las técnicas desarrolladas.
La consolidación de esta línea ha permitido la adaptación de las herramientas de valoración a las necesidades de profesionales clínicos en temas de valoración del daño corporal, rehabilitación, traumatología y otorrinolaringología.